lunes, 15 de septiembre de 2014

LA LEY METAFÍSICA DE CAUSA Y EFECTO




La ley física nos dice que a toda acción le sigue una reacción y la ley metafísica nos dice lo mismo: que a toda causa le sigue un efecto.
Nada sucede por casualidad.
La palabra casualidad solo encierra la ignorancia de la Ley de Causa y Efecto.
Existe una solución de continuidad entre todos los acontecimientos precedentes, consecuentes y subsecuentes.

Hay siempre una relación entre todo lo que ha ocurrido y lo que seguirá ocurriendo.
Así como una persona tiene 2 padres, 4 abuelos, 8 bisabuelos, 16 tatarabuelos y siguiendo para atrás al cabo de 50 generaciones, el número de antecesores se elevaría a millones, de la misma manera, ocurre con las causas subyacentes detrás de todos los efectos.
A partir del conocimiento de esta ley, esa incomprensible fuerza llamada azar, ha sido abolida por la razón.
Como hemos visto en Ley del Mentalismo, con nuestros pensamientos estamos generando causas a las cuales les seguirán sus efectos.

A través de la Ley de la Generación creamos con nuestra mente pensamientos positivos o negativos, que generarán causas positivas o negativas, creando efectos positivos o negativos en nuestras vidas y entorno físico, emocional y mental. Lo que sembremos (causas), cosecharemos (efectos).
El maestro Jesús nos dijo: por tus palabras serás condenado o justificado. Sabemos que las palabras son producto de los pensamientos y decretan la precipitación material al mundo de las formas, creando causas a las cuales les seguirán efectos de la misma naturaleza.
Si sembramos una semilla de maíz, saldrá una planta que, luego de su fruto, nos dará cientos de semillas de maíz. Por lo tanto, el dulce maestro Jesús nos decía: lo que sembréis, cosechareis al ciento por uno.
A toda causa le sigue un efecto del mismo signo.
Si sembramos maíz, cosecharemos maíz, no trigo.
Esto es elemental y bien conocido por todos nosotros en el plano físico. De la misma manera, en los planos superiores como el mental y el emocional se suceden los efectos generados por causas mentales y emocionales.
Un pensamiento de paz cosechará cientos de estados de paz.
De igual forma, un pensamiento de odio, cosechará cientos de odio.
Conocer a fondo esta ley, nos protegerá de nosotros mismos, puesto que somos los generadores de nuestro destino.

Los pensamientos no se disuelven fácilmente, estos son emitidos por nosotros, y en su viaje se encargan de contactarse y atraer a su emisor cientos de pensamientos de igual índole, generando causas que luego emitirán efectos al ciento por uno.
El dulce maestro Jesús nos dijo: Dad uno y recibiréis multiplicado de acuerdo a la naturaleza que hubieses dado; resumiendo : lo que sembréis, cosecharás multiplicado.
Todo pensamiento generado en nuestra mente, todo acto realizado, tiene resultados directos e indirectos que se eslabonan en la gran cadena de causas y efectos.
Podemos ver que todo está gobernado por la ley universal y que la gran cantidad de leyes existentes no son más que manifestaciones de la única y gran ley que es el "todo".