lunes, 14 de junio de 2010

¿Traerá la Evolución un Mundo Perfecto?

4º Artículo del tema (Análisis del yo persona)

Alguien podría argumentar que el mundo se está convirtiendo en una "buena película" sin la necesidad de un "buen director" - que el mundo se volverá un mundo perfecto por su cuenta. Pero si uno mira las estadísticas, uno notará que nuestro mundo actual se está volviendo más caótico, no menos. No se está dirigiendo hacia la perfección, sino más bien se está alejando. El universo está en un estado de descomposición, no de auto-reparación. Y entre la humanidad hay más guerras, más hambre, más crímenes - a pesar del crecimiento del conocimiento y de la tecnología.

La naturaleza ha demostrado ser mucho más poderosa que la humanidad. Cuando ocurren los desastres naturales, nuestra tecnología no los puede impedir. Estamos teniendo más éxito en registrarlos y en predecirlos, pero no en inhibirlos. ¿Alguna vez tendremos suficiente conocimiento y tecnología como para detener un tifón? ¿Podrá la humanidad alguna vez controlar los vientos? ¿Y qué de la naturaleza humana? A pesar de la tecnología y el conocimiento crecientes, la humanidad sigue siendo tan malvada como siempre. Somos tan codiciosos y egoístas como siempre. La tecnología simplemente nos da más herramientas para serlo. No nos impide ser así. En cambio, nos da una capacidad mayor para ser destructivos.

Es una esperanza ciega creer que evolucionaremos hacia un mundo perfecto. Para lograrlo, nuestro mundo tendría que lograr un dominio total sobre los desastres naturales y una erradicación total de todos los males de la naturaleza humana. Requiere fe creer en un Ser perfecto, pero ¿no requiere la misma cantidad de fe, o más, creer en un mundo perfecto generado humanamente, o en un mundo perfecto que nace del azar fortuito más tiempo?

La humanidad parece tener más que una conciencia de Dios. También tenemos una conciencia de un mundo perfecto. El uso generalizado del argumento anti-teísta para el problema del mal lo confirma. En general, la humanidad desea, puede imaginar y cree en la posibilidad de un mundo perfecto. Si la evolución y la humanidad no pueden conducirnos a ese mundo perfecto, nos quedamos sin llegar ahí, o llegamos mediante el poder de un Ser perfecto.

Creencias del Corazón. Creencias de la Mente

¿Es posible que el ateísmo, el agnosticismo y aun el panteísmo no comiencen con la filosofía humana? ¿Sino más bien con la elección humana? En otras palabras, nuestras creencias acerca de Dios comienzan en nuestra voluntad,(sentimientos) no en nuestro intelecto.

Cuando Pablo (en su carta a los Romanos) hablaba del evangelio cristiano, decía que debía ser creído en el corazón (centro de nuestras motivaciones). Es interesante que omitió mencionar la mente en relación con el evangelio. En el pensamiento bíblico, el corazón es el asiento no sólo de las emociones sino de la voluntad. ¿Podría haber querido decir Pablo que creer en nuestros "corazones" es de alguna forma diferente de creer en nuestras mentes?

Es posible que todos los humanos nazcan como teístas, es innato en el ser humano la adoración a algo superior. Llegamos al mundo con la implantación natural en nuestro ser de la existencia de "Dios". Cuando Dios creó las diversas formas de vida, las sujetó a la ley de reproducirse “según su género”, lo que excluía la evolución. (Gé 1:11, 12, 21, 24, 25.) El hombre también produjo hijos “a su semejanza, a su imagen”. (Gé 5:3.) En el Salmo 139:13-16 se habla del crecimiento embrionario de un niño en la matriz y se dice que todas sus partes están escritas en el “libro” de Jehováh antes de que ninguna de ellas viniera a la existencia. En Job 26:7 se dice que Jehováh es Aquel que está “colgando la tierra sobre nada”. En la actualidad, los científicos atribuyen la posición de la Tierra en el espacio fundamentalmente a la interacción de la ley de la gravedad y la fuerza centrífuga.

La ley de la conciencia. Esta se debe a que las personas tienen la ‘ley escrita en el corazón’. Aquellos que no están bajo una ley directa de Dios, como la Ley dada por medio de Moisés, son “una ley para sí mismos”, pues sus conciencias hacen que sean “acusados o hasta excusados” en sus propios pensamientos. (Ro 2:14, 15.) Muchas leyes justas de las sociedades de este mundo (que no aceptan a Dios) reflejan esta conciencia con la que se dotó originalmente a Adán, nuestro antepasado común, y que se transmitió por medio de Noé.

Fran.

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